UNA VOCE AGUASCALIENTES es una asociación católica que agrupa fieles laicos de nuestra diócesis que buscan promover el uso de la liturgia según el «Rito Gregoriano», en especial la Santa Misa conocida también como tridentina, de San Pio V o Tradicional. Esta iniciativa responde al llamado de S.S. Benedicto XVI que nos pide interpretar la historia reciente de la Iglesia bajo la hermenéutica de la continuidad: «Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande». Estas palabras del Santo Padre están tomadas de la carta dirigida a los obispos del mundo que acompaña el Motu Proprio “Summorum Pontificum”, con la cual explica su decisión de reconocer y restaurar los derechos y libertades de la liturgia católica conforme las normas vigentes en 1962 (anteriores a la reforma post conciliar de 1970) y con ello permitirnos «vivir la experiencia de la Tradición» que a tantos hombres y mujeres santos nutrió en siglos anteriores. Nuestro objetivo es dar a conocer este tesoro de la liturgia a toda persona, clérigo o laico, que desee enriquecer su herencia litúrgica dentro del rito romano. Asimismo nuestro empeño está en facilitar los medios para que este venerable Rito se celebre y aproveche de la mejor manera. «Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto.» S.S. Benedicto XVI.

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martes, 26 de julio de 2011

¿COMO TRAZA LA CRUZ UN PUEBLO?


Y haz de saber que un pueblo se realiza tan sólo
cuando traza la Cruz en su esfera durable.
La Cruz tiene dos líneas: ¿cómo las traza un pueblo?
Con la marcha fogosa de sus héroes abajo
(tal es la horizontal)
y la levitación de sus santos arriba
(tal es la vertical de una cruz bien lograda).
Josef, si como pueblo no trazamos la Cruz,
porque la Patria es joven y su edad no madura
la debemos trazar como individuos,
fieles a una celosa geometría.
¡La vertical del santo, la horizontal del héroe!


Leopoldo Marechal.

jueves, 21 de julio de 2011

ORACIÓN ANTES DE INGRESAR A LA INTERNET.


Dios Todopoderoso y eterno, tú que nos has creado a imagen y semejanza tuya, y nos has mandado a buscar todo lo que es bueno, verdadero y hermoso, especialmente en la persona de tu Hijo Unigénito, Señor nuestro Jesucristo.

Te rogamos, que por intercesión de San Isidoro de Sevilla, Obispo y Doctor de la Iglesia, hagas que durante nuestra peregrinación en la Internet dirijamos nuestros ojos y nuestras manos solamente a lo que te es grato y que tratemos con caridad y paciencia a todas las almas que encontremos.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

miércoles, 20 de julio de 2011

LA SANTA MISA (V): Por el R. P. Rafael Navas Ortiz.


CÁNONES DEL SACRIFICIO DE LA MISA

CAN. I. Si alguno dijere, que no se ofrece a Dios en la Misa verdadero y propio sacrificio; o que el ofrecerse este no es otra cosa que darnos a Cristo para que le comamos; sea excomulgado.

CAN. II. Si alguno dijere, que en aquellas palabras: Haced esto en mi memoria, no instituyó Cristo sacerdotes a los Apóstoles, o que no los ordenó para que ellos, y los demás sacerdotes ofreciesen su cuerpo y su sangre; sea excomulgado.

CAN. III. Si alguno dijere, que el sacrificio de la Misa es solo sacrificio de alabanza, y de acción de gracias, o mero recuerdo del sacrificio consumado en la cruz; mas que no es propiciatorio; o que sólo aprovecha al que le recibe; y que no se debe ofrecer por los vivos, ni por los difuntos, por los pecados, penas, satisfacciones, ni otras necesidades; sea excomulgado.

CAN. IV. Si alguno dijere, que se comete blasfemia contra el santísimo sacrificio que Cristo consumó en la cruz, por el sacrificio de la Misa; o que por este se deroga a aquel; sea excomulgado.

CAN. V. Si alguno dijere, que es impostura celebrar Misas en honor de los santos, y con el fin de obtener su intercesión para con Dios, como intenta la Iglesia; sea excomulgado.

CAN. VI. Si alguno dijere, que el Canon de la Misa contiene errores, y que por esta causa se debe abrogar; sea excomulgado.

CAN. VII. Si alguno dijere, que las ceremonias, vestiduras y signos externos, que usa la Iglesia católica en la celebración de las Misas, son más bien incentivos de impiedad, que obsequios de piedad; sea excomulgado.

CAN. VIII. Si alguno dijere, que las Misas en que sólo el sacerdote comulga sacramentalmente son ilícitas, y que por esta causa se deben abrogar; sea excomulgado.

CAN. IX. Si alguno dijere, que se debe condenar el rito de la Iglesia Romana, según el que se profieren en voz baja una parte del Cánon, y las palabras de la consagración; o que la Misa debe celebrarse sólo en lengua vulgar, o que no se debe mezclar el agua con el vino en el cáliz que se ha de ofrecer, porque esto es contra la institución de Cristo; sea excomulgado.

Hasta aquí la enseñanza infalible del Concilio de Trento.

LA SANTA MISA (IV): Por el R. P. Rafael Navas Ortiz.


EL RITO ESTABLECIDO Y NO INVENTADO 

Los Apóstoles a la cabeza de la Iglesia, fundada por Cristo sobre Pedro, han de continuar este supremo acto del Sacrificio en el que se manifiesta el amor de Dios que busca realizar la unión con su criatura (“nadie ama más que aquel que da la vida por aquellos que ama”), fuente de la mayor gloria de Dios, razón de ser de la creación en el que el mismo Cristo continúa por medio del sacerdote realizando este acto el que ofrece el Sacrificio de su cuerpo y de su sangre.

Conviene aclarar lo que se entiende por la palabra rito. El reputado liturgista Mons. Klaus Gamber en su obra “La Reforma de la Liturgia Romana”, prologado por varios obispos y tres cardenales dice que “lo podemos definir como las formas reguladoras del culto que remontándose en definitiva hasta Cristo, han nacido, una a una, a partir de la costumbre general y sancionadas después por la autoridad eclesiástica”. 

Entonces: Los ritos, antes de ser sancionados, es decir, oficializados por la Iglesia siempre fueron, según la misma definición de Rito, primero costumbres de dar culto a Dios, que remontan su origen a la Revelación y que expresan la concepción que tiene la Fe, de Dios, y de todo lo que es el hombre frente a Dios, de las relaciones de la criatura con su Creador. 

Los Ritos también ejercen necesariamente una función pedagógica y, por lo tanto, deben ser fieles a su razón de ser: Vincular, por la Fe que se expresa, al Hombre con Dios, que son realidades distintas y objetivas, como Dios lo estableció. 

Sí; le Rito expresa la Fe, esta correspondencia es necesaria. También es válida para el error, cuando se expresa en ritos, como lo hicieron los herejes. Un cambio de la Fe exige un cambio correlativo en el Rito.

Paul Bourget (escritor católico del S. XIX): “Es menester vivir como se piensa, so pena de terminar, más tarde o más temprano, pensando como se vivió”. Lo mismo para la forma de dar culto a Dios: Es menester celebrar el culto que exprese la Fe revelada por Dios, so pena de terminar creyendo como se celebró. 

Si el Rito expresa la unión de dos realidades, vinculándolas por el culto, (Dios y Hombre) y esas dos realidades no cambian en su naturaleza ni en su esencia, cuando se tiene el Rito apropiado al culto debido, que expresa la Fe revelada, en cierto sentido ese Rito es inmutable. 

Me explico:

1. La Naturaleza tanto divina como humana, vinculadas por el culto dado por medio del Rito, son inmutables (esto se niega si se tiene una fe evolucionista y panteísta o se define la Fe como un sentimiento).

2. La Fe (que debe expresar el Rito) también es inmutable. La fidelidad a lo esencial no puede, sin daño a la Fe, afectarse por la adaptación a lo accidental (esto se niega cuando se define la Fe como un sentimiento que nace de la profundidad del inconsciente y no como el a-sentimiento (sin sentimiento) de la razón a la autoridad de Dios que revela verdades, a la inteligencia, inmutables definidas y propuestas como tales por el Magisterio establecido por Dios; o cuando se hace prevalecer la influencia cultural de geografía, raza, temperamento, evolución histórica, etc.).

Por lo tanto, el Rito como la Naturaleza de Dios y la naturaleza del hombre, como la Fe que debe expresar, después de haber sido costumbre canónica y en esa condición ha sido practicado y aceptado pacíficamente (a veces de tiempos inmemoriales) con el reconocimiento unánime de la Iglesia, es un rito inmutable. De ahí que su fijeza e invariabilidad lo hagan un rito de la Iglesia Universal y no un rito del Padre tal o tal o de la cultura tal o del folclore tal, como pretende el Modernismo. 

Puede, con estas características, haber varios ritos, como de hecho existen desde tiempos inmemorables reconocidos en la Iglesia.

De manera pues que, como vemos: El rito nace de la costumbre general; ya en el Antiguo Testamento el sacrificio inspirado por Dios a Moisés, para anunciar y prefigurar el sacrificio del verdadero Cordero de Dios, se hace de acuerdo a un ritual igualmente establecido o inspirado por Dios.

Es el sacrificio actual de la Nueva y Eterna Alianza realizado por el Verbo Encarnado el que ilumina y da coherencia a la significación de toda la historia Antigua, la cual sería oscura e incomprensible si no se la ilumina por su ordenación al Mesías Redentor. 

Los sacrificios del Antiguo Testamento, dice San Agustín, “eran sólo figuras que presagiaban y simbolizaban de modos diversos el Sacrificio de Cristo”

La realidad instituida por Cristo en la Última Cena será transmitida y continuada de siglo en siglo, por la Liturgia católica que formándose y enriqueciéndose a partir de ese núcleo esencial, de manera comparable a cómo los anillos que se forman alrededor de los troncos de los árboles o también como una joya preciosísima puesta en un anillo alrededor de la cual se añaden con el paso de los tiempos otros brillantes que la resaltan, eso es lo que se conoce como Misa Tridentina o Misa de siempre.

Dice Mons. Gamber: “en sentido estricto no hay Misa Tridentina porque como resultado del Concilio de Trento no se creó un nuevo ordinario de la Misa; el “Misal de San Pío V” no es otra cosa que el Misal de la curia que vio la luz en Roma muchos siglos antes (.....), pero que jamás había sido impuesto de forma obligatoria”.

Nunca existió en la Iglesia hasta 1969, estrictamente hablando, un rito nuevo, teniendo en cuenta el significado de la palabra Rito.

Veamos sucintamente un resumen de la historia de la Misa:

SIGLO I: Nuestro Señor Jesucristo realiza el sacrificio de la nueva alianza prefigurado y anunciado desde tantos siglos instituyendo la Eucaristía y el Sacerdocio

SIGLO II: El acto y la acción del Divino Salvador se transmiten y aparecen los rasgos primitivos del Canon Romano, la Iglesia primitiva llama a la Misa Oblatio y Misterium Fidei como lo atestiguan laDidaché, la epístola de San Clemente, la de Bernabé; los escritos de San Ignacio, san Justino y san Irineo. 

SIGLO III: En Roma se empiezan a marcar las partes del canon Latino, se establecen los elementos dogmáticos de la Misa a través de encíclicas de los papas y en los concilios locales se establece un libro litúrgico en latín, conteniendo el canon para mantener la unidad de lo esencial cuando se celebre la Misa

SIGLO IV: El emperador Constantino concede la paz y la libertad a la Iglesia dando la posibilidad de la celebración pública; en esta época ya encontramos cuatro ritos diversos: el de Antioquia, el de Alejandría, el rito Romano y el Galicano; pero todas las partes de la Misa se encuentran en cada rito desde el Siglo II. En esta época se le da el nombre de Misa. Aparecen las primeras sectas con sus herejías antiliturgicas como la Vigilancio y Arrianismo que negaban la divinidad de cristo, comulgaban de pie y en la mano, disminuyendo por lo tanto los signos de orden y respeto a la Sagrada Eucaristía. No adoraban. 

SIGLO V: A partir de este siglo surgió la tendencia a la unificación occidental sobre el modelo del Santo Canon, enteramente compuesto por las mismas palabras del Señor, de las tradiciones recibidas de los apóstoles y de las devotísimas instituciones de los santos pontífices; el rito Ambrosiano en Milán, la liturgia mozárabe de origen ibérico y las liturgias maronitas de Siria y Malacares que toman lo principal del Canon Romano (Cfr. Denzinger 942)

SIGLO VI: Se enriquece el Canon Romano y se perfecciona a través de oraciones para dar el impulso a la conversión del imperio; sobresale la doctrina esencial del rito del Sacrificio contenida en el Misal, que se resume en dos palabras: Transustanciación y Sacrificio Propiciatorio.

SIGLO VII: San Gregorio Magno consolidó el tronco común delOrdo Misae denominado varios siglos más tarde de San Pío V. A partir de este Papa se considera el texto, el orden y la disposición de la Misa que él nos transmite como una tradición sagrada que remonta a los apóstoles y que no se debe reformar, salvo en detalles secundarios.

SIGLO VIII: La Misa para esta época es explícitamente el eje central para la evangelización de los pueblos.

SIGLO X: Hasta este siglo la presencia real de NSJ en la Eucaristía ni se dudaba ni se discutía, tanto sacerdotes como laicos profesan la Fe con certeza clara de que después de la Consagración lo que hay en el altar es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. El primero que osó negar esta verdad de fe fue Berengario de Tours que inició la herejía que afirma una mera presencia simbólica y no real en la Sagrada Eucaristía (Cfr. Dz. 355).

SIGLO XI: La expresión de los ritos de la Misa se enriquece con los cantos gregorianos, el órgano y una buena acústica en la catedrales góticas.

SIGLO XIII: Concilio de Letrán declara el dogma de fe que después de la consagración se convierten de modo sustancial en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

SIGLO XIV: Algunos sacerdotes colocan los cimientos de la revolución protestante al negar la presencial real de Cristo en la Eucaristía entre ellos Juan Wiclef, Lolardo Walter y Juan Huss, entre otros.

SIGLO XV: Con el renacimiento del paganismo surge el naturalismo que ataca las bases sobrenaturales de la Religión Católica incluido el sentido sacrificial de la Misa

SIGLO XVI: Los herejes Martín Lutero, Ulrico Zwinglio, JuanCalvino y el rey de Inglaterra, Enrique VIII, buscan deformar el culto exterior de la Iglesia centrando sus esfuerzos destructivos sobre tres puntos esenciales:

1. Negación del carácter de sacrificio propiciatorio de la Misa, quedando sólo en una especie de asamblea comunitaria sin consagración que sería un simple memorial de la cena pascual

2. Negación de la transustanciación. Dicen que Cristo solo está presente de manera espiritual en medio de la asamblea que se reúne en su nombre. La Eucaristía es sólo un símbolo a ser reconocido por la fe de los que asisten, por eso la toman con la mano y se reparte vino a los asistentes.

3. Negación del Sacramento del Orden Sacerdotal, que es reemplazado por el sacerdocio colectivo de los fieles presidido por un pastor de la asamblea.

Frente a estas herejías el Espíritu Santo Suscitó la acción del Concilio de Trento y de San Pío V para canonizar el orden litúrgico y así establecer una barrera sólida contra la herejía. Fruto de este celo apostólico son los cánones sobre la Misa y la bula Quo PrimumTempore que garantiza el derecho a perpetuidad, sin que nadie pueda legítimamente impedirlo, a cualquier sacerdote hasta el fin del mundo, que quiera celebrar como el rito que hoy se conoce con el rito de San Pío V (Cfr. Dz 942)

Me permito recordar estos cánones... (continuará).

LA SANTA MISA (III): Por el R. P. Rafael Navas Ortiz.


NECESIDAD NATURAL DEL SACRIFICIO 

En la historia de la humanidad encontramos diversidad de pueblos, diversos grados de cultura, algunos llegaron a ignorar la rueda o el fuego o la escritura pero no existe uno que no tenga religión y no se encuentra ninguna religión que no tenga algún tipo de sacrificio como acto central y ningún sacrificio sin sacerdote deputado para ofrecerlo.

La palabra sacrificio significa: sacrum factum, hacer algo sagrado es la oblación de algo sensible con la inmutación hecha a Dios de modo legítimo en reconocimiento de su majestad y bondad suprema y de nuestra sumisión a la misma. 

Metafísicamente es un signo sagrado que tiende al culto divino por la significación anexa visible de algo invisible, físicamente es la cosa sacrificada (sensible y sustancial por la acción que se realiza) oblación e inmolación o inmutación. 

Teológicamente es la expresión objetiva de la Excelencia de Dios principio de todo y Señor absoluto, sumo Bien y último fin.

El hombre busca testificar los afectos internos del alma, por los que se consagra a Dios. 

El sacrificio externo refleja el interno que busca dar un culto a Dios. La finalidad natural del culto que el hombre debe a Dios es:

1. Latréutica (excelencia de Dios-sumisión del hombre).

2. La bondad de Dios exige una finalidad eucarística (gracias por los bienes pasados).

3. Impetratoria para pedir los beneficios que esperamos recibir.

4. Pero estando dado el pecado del hombre no puede prescindirse en el sacrificio, ofrecido a Dios, de la razón propiciatoria, pues después de haber ofendido a Dios ningún sacrificio sería aceptable si no contiene el sentido propiciatorio que busca desagraviar por el pecado cometido

Además sólo el sacerdote (deputado) lo puede ofrecer. Y más cuando se trata del Sacrificio Supremo del cual todos los demás son figuras: San Pablo lo dice: “todo Pontífice tomado de entre los hombres, es puesto a favor de los hombres, en aquellas cosas que tocan a Dios para que ofrezca dones y sacrificios por los pecados”.

LA SANTA MISA (II): Por el R. P. Rafael Navas Ortiz.


EXPLICACIÓN DE LA TRANSFORMACIÓN DE LAS ESPECIES (del mineral a la Comunión) COMO REALIZACIÓN DEL PLAN DE AMOR DE DIOS

El efecto propio de la Santísima Eucaristía es la perfección y consumación de la vida sobrenatural por la íntima unión del hombre con Cristo y su Cuerpo Místico...

Ahora bien, es propio del alimento transformarse en la sustancia del que lo come y hacerse uno con él, según lo declara Santo Tomás:

“El efecto propio de cualquier sacramento debe apreciarse y juzgarse por la analogía con la materia del sacramento, la materia de la Eucaristía es un alimento; es pues necesario que su efecto sea análogo al de los manjares. El que toma alimentos corporales los transforma en él...; pero la comida Eucarística, en vez de transformarse en aquel que la toma, lo transforma a éste en ella.

Síguese de aquí que el efecto propio de este sacramento es una tal transformación del hombre en Cristo, que puede, en realidad decir con el Apóstol: “Vivo yo, o más bien no vivo yo, sino que Cristo vive en mí” Gal. 2,20. (4 Sent. Dist. 12 q 2 a 1) El inferior es asimilado y transformado en el superior, sirviéndolo.

Además como dice San Alberto Magno:

“Siempre que se unen dos sustancias de modo que una deba cambiarse y transformarse en otra, entonces la sustancia superior, más noble y activa, se asimila la inferior más débil e imperfecta.

“Siendo, pues, el alimento Eucarístico de naturaleza superior y más perfecta, tócale a él recibir la asimilación y cambiar al hombre que la recibe espiritualmente en Cristo” (In 4 Sent., dist. 9 a. 4 ad 1)

Por la comunión somos "Trinificados", dice Santo Tomás.

La verdadera unidad y solidaridad humana se genera y realiza por y en la Comunión.

LA SANTA MISA (I): Por el R. P. Rafael Navas Ortiz.


HIC EST ENIM CÁLIX SÁNGUINIS MEI, NOVI ET AETÉRNI TESTAMÉNTI: MISTERIUM FIDEI:
QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS
EFUNDETUR IN REMISIONEM PECCATORUM

(Palabras del Canon Romano de la consagración del vino)

El Santo Sacrificio de la Misa encierra el misterio de nuestra Fe, el dogma por excelencia de la Fe. 

“Misterio escondido desde tantos siglos en Dios”... 

El Santo Cura de Ars dice que es incomprensible para las fuerzas humanas: “Ni el Sacerdote que celebra la Misa puede comprender el valor de una Misa; si comprendiera moriría, ya sea de temor o temblor ante poder tan grande otorgado a una criatura tan frágil y tan débil... o moriría de amor agradeciéndole a Dios por haberlo escogido para un ministerio tan sublime”.... “tal vez en la otra vida comprendamos algo del valor que tiene una Misa”. 

San Juan Eudes dice que “se necesitaría una eternidad para preparar una Misa, otra eternidad para celebrarla y una eternidad para dar gracias por haberla celebrado”. 

El Padre San Pío de Pietrelcina afirma que “el mundo podrá existir sin sol, pero no sin la Santa Misa”. 

Estando dada la infinitud de lo que es el acto más grande que puede existir, aquí vamos a tratar de aproximarnos al misterio de nuestra Fe y conscientes de nuestra indignidad, balbucearemos como un infante que aprende repitiendo lo que oye de su madre; para esto, lo haremos a la luz de la enseñanza y práctica secular de nuestra Madre la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana. 

La Misa es el centro y el corazón de la Iglesia, el alfa y el omega.

Todo parte del amor misericordioso, del amor de Dios por la criatura: la crea y la redime “todo lo que fue hecho sin El no fue hecho”. 

El acto creador de Dios corresponde a su deseo de difundir, fuera de sí, el ser, el bien, la belleza que en El existen de modo esencial. “Bonum difusivum sui”. El bien es difusivo de por sí. Crea con orden, belleza, bondad, etc.; Dios refleja sus perfecciones en la obra creada... pero El quiere comunicar aún más, quiere comunicar su vida intima: La felicidad suprema de las relaciones trinitarias... ¿Crear otro Dios? Es imposible, no puede haber dos infinitos y por decirlo así, (al modo humano) Dios decide crear un ser que fuera como una síntesis de la creación (un cuadro sinópico) que contuviera en sí todos los elementos del orden creado: Ser, mineral, animal, y espíritu, para, uniéndose a él, unirse a su creación completa y así, por la unión de las dos naturalezas, divina y humana (en la Única Persona divina del Verbo Encarnado) toda la creación participaría de la felicidad intima, del gozo sempiterno de las relaciones trinitarias: 

“entonces Dios dijo: «hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza»” Dios crea a su imagen la naturaleza racional del hombre con la semejanza del estado de gracia, con todos los dones que ello implica: participación de la naturaleza divina, (ejus divinitátis esseconsórtes,…) “consortes de la divina naturaleza”. 

He ahí el plan maravilloso del Amor (del don) de Dios: comunicar su vida íntima (“vine para que tengáis vida y la tengáis en abundancia”), la plenitud de su felicidad trinitaria (“ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni la mente del hombre puede imaginar lo que Dios prepara para los que lo aman”). Por la gracia dada a la naturaleza resumida en el animal racional, creado a imagen y semejanza de Dios; pero como se trata de Amor requiere la libre correspondencia de la criatura amada de tal manera; era y es libre y voluntariamente que debería corresponder (el amor no voluntario no es amor). 

El hombre desobedeció, no correspondió a Dios y se separo de Dios, quiso no amar a Dios, quiso ser como Dios y se desligó, rompió con Dios: pecó destruyendo esa semejanza gratuita, y amorosa que había recibido de Dios, perdió la gracia, y así toda la naturaleza contenida en él; quedo afectada y ahora también ella “gime como con dolores de parto, esperando la manifestación de los hijos de Dios”. 

El amor de Dios agraviado no renuncia a su plan de comunicar su vida, su felicidad íntima a su creación en el hombre: “te amé con Amor eterno y por eso, Misericordioso, te atraje hacia mí”. 

Ahora esa unión de Dios con su criatura se hará por medio de la Encarnación redentora para reparar el pecado y volver a ligar (de ahí la palabra re-ligión) a la criatura con su Creador, lo que se efectúa realmente en ese supremo acto de religión: el Sacrificio del Calvario (“cuando sea levantado en lo alto atraeré a todos hacia mí”). 

Se inicia la historia del hombre expulsado del Paraíso, guiado por la esperanza magnífica de la Restauración victoriosa: “Pondré enemistad entre tí y la Mujer, entre tu raza y la de Ella, Ella te aplastará la cabeza…” 

El Verbo de Dios, en la plenitud de los tiempos, se encarnó en el seno de una Virgen realizando todo lo anunciado desde tantos siglos.

Llegada su Hora, para la cual había venido, antes de su Pasión sangrienta va a celebrar por anticipado, y a dejarnos, Su Sacrificio de manera incruenta. Él, el mismo Verbo Eterno por el cual el mundo fue hecho con su sola palabra por la que se produjo de la nada toda la creación va a tomar las especies del Pan y el Vino para pronunciar las palabras de la consagración y producir el Milagro de la Transubstanciación (su Palabra es eficaz y produce lo que dice: Esto es mi Cuerpo... Este es el Cáliz de mi Sangre... y luego pensando en todos los hombres comunica su sacerdocio para perpetuar este sacrificio; les da el poder y la orden: “HACED esto en memoria mía...” ¡HACED! luego consume y da a sus discípulos su Cuerpo y su Sangre como reiteradamente lo había anunciado.

Es verdad que la palabra transustanciación no está contenida en la Escritura pero el hecho está claro, de la cual ha dejado pistas claras: Dice el Evangelista San Lucas XXII,18: “Os aseguro que ya no beberé del sumo de la vid hasta que llegue el Reino de Dios” y dos versículos mas adelante San Lucas XXII,20: Consagra y toma del Cáliz consagrado. 

Si Cristo no puede mentir, como es lógico, lo que ha consumido, después de la Consagración no es más la sustancia del sumo de la vid, sino verdaderamente su Sangre bajo la especie del vino.

viernes, 15 de julio de 2011

¡SANTO DIOS, SANTO FUERTE, SANTO INMORTAL!


Los pecadores pedimos
al Señor continuamente
y por eso le decimos:
Santo y Santo Fuerte.

Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal,
líbranos Señor
de todo mal.

Con dolor de nuestros pechos
le pedimos al Señor
que seamos perdonados
ante el Tribunal de Dios.

Santo Dios,
Santo Fuerte,
Santo Inmortal,
líbranos Señor
de todo mal.

jueves, 14 de julio de 2011

TE DEUM: Vídeo y textos en latín y español.


TEXTO EN LATÍN

Te Deum laudamus:
te Dominum confitemur.
Te aeternum Patrem,
omnis terra veneratur.

Tibi omnes angeli,
tibi caeli et universae potestates:
tibi cherubim et seraphim,
incessabili voce proclamant:

Sanctus, Sanctus, Sanctus
Dominus Deus Sabaoth.
Pleni sunt caeli et terra
majestatis gloriae tuae.

Te gloriosus Apostolorum chorus,
te prophetarum laudabilis numerus,
te martyrum candidatus laudat exercitus.

Te per orbem terrarum
sancta confitetur Ecclesia,
Patrem immensae maiestatis;
venerandum tuum verum et unicum Filium;
Sanctum quoque Paraclitum Spiritum.

Tu rex gloriae, Christe.
Tu Patris sempiternus es Filius.
Tu, ad liberandum suscepturus hominem,
non horruisti Virginis uterum.

Tu, devicto mortis aculeo,
aperuisti credentibus regna caelorum.
Tu ad dexteram Dei sedes,
in gloria Patris.

Iudex crederis esse venturus.

Te ergo quaesumus, tuis famulis subveni,
quos pretioso sanguine redemisti.
Aeterna fac
cum sanctis tuis in gloria numerari.

Salvum fac populum tuum, Domine,
et benedic hereditati tuae.
Et rege eos,
et extolle illos usque in aeternum.

Per singulos dies benedicimus te;
et laudamus nomen tuum in saeculum,
et in saeculum saeculi.

Dignare, Domine, die isto
sine peccato nos custodire.
Miserere nostri, Domine,
miserere nostri.

Fiat misericordia tua, Domine, super nos,
quem ad modum speravimus in te.
In te, Domine, speravi:
non confundar in aeternum.

TEXTO EN ESPAÑOL

A ti, oh Dios, te alabamos,
a ti, Señor, te reconocemos.
A ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.

Los ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:

Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios de los ejércitos.
Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.

A ti te ensalza el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,te aclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la Virgen.

Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el Reino de los Cielos.
Tú sentado a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.

Creemos que un día has de venir como juez.

Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la gloria eterna
nos asociemos a tus santos.

Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.

Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.

Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
En ti, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.

miércoles, 13 de julio de 2011

SOMOS MILITANTES DE LA ÚNICA Y VERDADERA IGLESIA DE CRISTO.


Todo creyente, bautizado en la Iglesia Católica -la única Iglesia de Cristo- tiene la OBLIGACIÓN DE LUCHAR por ella, en ella y con ella porque es la verdadera arca de Salvación que debe defender a toda costa. Jesús es contundente: hay que ser CALIENTES en el amor hacía Él y a su Iglesia, ya que a los tibios, los vomitará de su boca:

"Conozco tus obras: no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Por eso, porque eres tibio, te vomitaré de mi boca. Tú andas diciendo: Soy rico, estoy lleno de bienes y no me falta nada. Y no sabes que eres desdichado, digno de compasión, pobre, ciego y desnudo. Por eso, te aconsejo que compres de mí el oro purificado en el fuego para enriquecerte, vestidos blancos para revestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y un colirio para ungir tus ojos y recobrar la vista. Yo corrijo y reprendo a los que amo. ¡Reanima tu fervor y arrepiéntete! Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos. Al vencedor lo haré sentar conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono. El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las iglesias". (Apocalipsis 3, 15-22).

El militante católico es un apóstol que, sin importar su edad, lleva el fuego de la juventud perenne en el espíritu y le cabrá en todo tiempo la gloria y la satisfacción inmensa de defender y llevar la fe de Cristo a todos los rincones, a las nuevas generaciones, a las nuevas juventudes, a las nuevas infancias que retomarán el estandarte y marcharán bajo el mando de la Generala de los Cielos a través de nuevos senderos. Consagrémonos a la realización de este noble ideal: Por Cristo, por su Iglesia y por la Patria. ¡No podemos ser tibios!

El soldado de Cristo no permitirá que su fe sea contaminada con los principios del mundo ni ser arrastrado a la apostasía del relativismo doctrinal. Sabe que la Verdad de Dios es inmutable y que no cambia ni se adapta al gusto y conveniencia de los hombres.

Demos, pues, la buena batalla, el buen combate, la viril defensa en esta guerra metafísica. Somos integrantes de la milicia de Cristo Rey. El maligno no descansa y sus huestes cada día son más osadas y buscan la ruina del hombre. La Revolución anticristiana amenaza con arrasar todo. Pero nosotros tenemos el triunfo asegurado: La morada eterna junto a nuestro dulce y soberano Señor. Y acá en la tierra, lo alcancemos a ver o no, sabemos del triunfo profetizado en Fátima: "Al final mi Inmaculado Corazón triunfará".

EL CREDO. CANTO GREGORIANO Y TEXTOS EN LATÍN Y ESPAÑOL.


LATÍN

Credo in unum Deum,
Patrem omnipoténtem,
factórem caeli et terrae,
visibílium óminum et invisíbilium.
Et in unum Dóminum
Iesum Chrustum Filium Dei unigénitum.
Et ex Patre natum ante ómnia saécula.
Deum de Deo, lumen de lúmine,Deum verum de Deo vero.
Géntium, non factum,
consubtantialem Patri:
per quem ómnia facta sunt.
Qui propter nos hómineset
propter nostram salútem descéndit de caelis
Et incarnatus est de Spíritu Sanctoex María Vírgine
et homo factus est.
Crucifixus étiam pro nobis:
sub Póntio Piláto passus et sepúltus est.
Et resurréxit tértia die, secúndum scripturas.
Et ascédit in caelum:
sedet ad déxtram Patris.
Et íterum ventúrus est cum glória  judicáre vivos et mortuos:
cuius regni non erit finis.
Et in Spíritum Sanctum,
Dóminum et vivificántem:
qui ex Patre et Filióque prócedit.
Qui cum Patre et Filiosimul adorátur et conglorificátur;
qui locútus est per Prophétas.
Et unam sanctam catholicam et apostólicam Ecclésiam.
Confíteor unum baptismain remissiónem peccatórum.
Et exspécto resurrectiónem mortuórum.
Et venturi saéculi. Amén

ESPAÑOL

Creo en un solo Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todas las cosas visibles e invisible.
Y en un solo Señor,
Jesucristo, Hijo unigénito de Dios,
y nacido del Padre
antes de todos los siglos:
Dios de Dios,
Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no hecho,
consubstancial al Padre;
por quien todas las cosas fueron hechas.
El cual por nosotros los hombres
y por nuestra salvación, bajó de los cielos.
Y por obra del Espíritu Santo
encarnó de María Virgen,
y se hizo hombre.
Crucificado también por nosotros,
bajo el poder de Poncio Pilato
padeció y fue sepultado.
Y resucitó al tercer día,
conforme a las Escrituras.
Y subió al cielo:
está sentado a la diestra del Padre.
Y otra vez ha de venir con gloria
a juzgar a los vivos y a los muertos;
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y vivificador,
que procede del Padre y del Hijo;
quien con el Padre y el Hijo
juntamente es adorado y glorificado;
el cual habló por los Profetas.
Y Una Iglesia,
Santa, Católica y Apostólica.
Confieso un solo Bautismo
para perdón de los pecados.
Y espero la resurrección de los muertos
y la vida del siglo venidero.
Amén.