UNA VOCE AGUASCALIENTES es una asociación católica que agrupa fieles laicos de nuestra diócesis que buscan promover el uso de la liturgia según el «Rito Gregoriano», en especial la Santa Misa conocida también como tridentina, de San Pio V o Tradicional. Esta iniciativa responde al llamado de S.S. Benedicto XVI que nos pide interpretar la historia reciente de la Iglesia bajo la hermenéutica de la continuidad: «Lo que para las generaciones anteriores era sagrado, también para nosotros permanece sagrado y grande». Estas palabras del Santo Padre están tomadas de la carta dirigida a los obispos del mundo que acompaña el Motu Proprio “Summorum Pontificum”, con la cual explica su decisión de reconocer y restaurar los derechos y libertades de la liturgia católica conforme las normas vigentes en 1962 (anteriores a la reforma post conciliar de 1970) y con ello permitirnos «vivir la experiencia de la Tradición» que a tantos hombres y mujeres santos nutrió en siglos anteriores. Nuestro objetivo es dar a conocer este tesoro de la liturgia a toda persona, clérigo o laico, que desee enriquecer su herencia litúrgica dentro del rito romano. Asimismo nuestro empeño está en facilitar los medios para que este venerable Rito se celebre y aproveche de la mejor manera. «Nos hace bien a todos conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia y de darles el justo puesto.» S.S. Benedicto XVI.

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miércoles, 20 de julio de 2011

LA SANTA MISA (II): Por el R. P. Rafael Navas Ortiz.


EXPLICACIÓN DE LA TRANSFORMACIÓN DE LAS ESPECIES (del mineral a la Comunión) COMO REALIZACIÓN DEL PLAN DE AMOR DE DIOS

El efecto propio de la Santísima Eucaristía es la perfección y consumación de la vida sobrenatural por la íntima unión del hombre con Cristo y su Cuerpo Místico...

Ahora bien, es propio del alimento transformarse en la sustancia del que lo come y hacerse uno con él, según lo declara Santo Tomás:

“El efecto propio de cualquier sacramento debe apreciarse y juzgarse por la analogía con la materia del sacramento, la materia de la Eucaristía es un alimento; es pues necesario que su efecto sea análogo al de los manjares. El que toma alimentos corporales los transforma en él...; pero la comida Eucarística, en vez de transformarse en aquel que la toma, lo transforma a éste en ella.

Síguese de aquí que el efecto propio de este sacramento es una tal transformación del hombre en Cristo, que puede, en realidad decir con el Apóstol: “Vivo yo, o más bien no vivo yo, sino que Cristo vive en mí” Gal. 2,20. (4 Sent. Dist. 12 q 2 a 1) El inferior es asimilado y transformado en el superior, sirviéndolo.

Además como dice San Alberto Magno:

“Siempre que se unen dos sustancias de modo que una deba cambiarse y transformarse en otra, entonces la sustancia superior, más noble y activa, se asimila la inferior más débil e imperfecta.

“Siendo, pues, el alimento Eucarístico de naturaleza superior y más perfecta, tócale a él recibir la asimilación y cambiar al hombre que la recibe espiritualmente en Cristo” (In 4 Sent., dist. 9 a. 4 ad 1)

Por la comunión somos "Trinificados", dice Santo Tomás.

La verdadera unidad y solidaridad humana se genera y realiza por y en la Comunión.

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