Para saber la posición en que se ha de estar en los diferentes momentos de la Santa Misa lo mejor es seguir las posiciones del acólito.
Al entrar con la debida compostura en el templo donde esté reservado el Santísimo Sacramento, haz una genuflexión sencilla (doblando la rodilla derecha hasta tocar el suelo) hacia el Tabernáculo. Dirígete ante todo al altar del Sacramento, y dobladas ambas rodillas, ora por algunos instantes. No es piedad ilustrada dirigirse a orar ante ninguna imagen, sin saludar primero a Jesucristo, realmente presente en la Eucaristía. También es falta de reverencia ir a sentarse al instante, sin haber orado de rodillas unos momentos; y es falta de respeto saludarse y hablar con las personas conocidas.
Siempre que pases delante del altar del Sacramento haz una genuflexión sencilla; lo mismo hay que hacer al pasar por delante un altar en el que se celebra la Santa Misa. Al pasar por un altar donde está solemnemente expuesto el Santísimo Sacramento, o donde se distribuye la Sagrada Comunión, se hace una genuflexión doble (dóblense ambas rodillas e inclínese la cabeza). Mientras el Sacerdote consagra o eleva la Hostia o el Cáliz, todos debemos permanecer de rodillas, sin trasladarse de lugar. Lo mismo ha de hacerse cuando algún Sacerdote traslada el Santísimo, hasta que se aleje.
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